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¿Qué esculturas esconde Madrid para conmemorar el Levantamiento del 2 de mayo?

La representaciones del levantamiento de los españoles contra la invasión francesa en Madrid

En Madrid existen y se esconden numerosas esculturas que conmemoran a diferentes figuras o hechos que estuvieron presentes en el histórico Levantamiento del 2 de mayo de 1808 contra el emperador Napoleón Bonaparte y sus tropas francesas. Las tropas francesas fusilaron durante la madrugada del 2 al 3 de mayo a decenas de madrileños en lugares hoy tan concurridos como el Paseo del Prado, la Puerta del Sol o la Puerta de Alcalá. Por eso, la capital tiene varias esculturas para honrar a todas aquellas personas fusiladas y el sentimiento de colaboración y unión de todo un pueblo. Pero como siempre, si quieres saber más sobre Madrid, nosotros te lo contamos.

Monumento a los caídos por España

Conocido también como el Obelisco del 2 de mayo, es un monumento que se dedica a los héroes del levantamiento. Fue diseñado por Isidro González Velázquez en 1821 y hasta el reinado de María Cristina de Borbón no se concluyó su construcción. Se encuentra en la Plaza de la Lealtad y su función es servir a la memoria de todos los caídos por España con independencia de la época, En este lugar, además, hubo fusilamientos relacionados con el levantamiento. La escultura responde al modelo de monumento al soldado desconocido, con rasgos funerarios, referencias a algunos héroes, inscripciones conmemorativas y una llama eterna que se puede ver claramente y preside el monumento.

Esculturas Daoiz y Velarde y arco de Monteleón

Este monumento está formado por las esculturas de dos militares: Luis Daoiz y Pedro Velarde. En el fondo y justo detrás de ellos, se levanta el Arco de Montelón, el único resto del Parque de Artillería de Montelón que defendieron los dos militares representados cuando se unieron a la revuelta popular. No es casualidad que estén juntos, sino que su conexión es real. Daoiz y Velarde contradijeron las órdenes de sus superiores y decidieron unirse a la lucha y la defensa del pueblo hasta la muerte más heroica. El rey Fernando VII fue el que lanzó la iniciativa de conmemorar a dichos militares y Antonio Solá en 1822 fue quien materializó el conjunto escultórico. Tras trasladarlo de un sitio a otro, hasta el 1932 no fue instalado en lo que se conoce como la Plaza del Dos de Mayo donde continúa a día de hoy.

Escultura Jacinto Ruiz Mendoza

Esta escultura fue llevada a cabo por Mariano Benlliure, uno de los escultores españoles más reconocidos e importantes de finales del siglo XIX e inicios del siglo XX. Se encuentra ubicada en la Plaza del Rey en el barrio de Justicia de Madrid. Jacinto Ruiz y Mendoza, más conocido como el teniente Ruiz, fue una de las figuras más representativas y que se hicieron notar durante la Guerra de Independencia Española. Defendió el Parque de Artillería de Monteleón junto a los dos militares mencionados en el monumento anterior. Después de ser herido tras una dura batalla, murió poco tiempo después. Este monumento se inauguró el 5 de mayo de 1891 en el centro de la Plaza del Rey y hoy en día, con motivo de ciertas obras públicas, se ha trasladado a la esquina noroeste de esa misma plaza.

Al pueblo del Dos de Mayo

Este es el monumento dirigido para todos y cada uno de los miembros del pueblo español de Madrid que lucharon en conjunto como una muestra de honor a su heroísmo en los hechos de mayo de 1808. La escultura está formada por los monumentos de Luis Daoiz, el chispero Juan Manuel Malasaña y su hija Manuela Malasaña y un niño anónimo del cual no se sabe su origen. Todas estas figuras forman una escena en la que se representa la lucha, sufrimiento y agotamiento del levantamiento del 2 de mayo. Su autor es Aniceto Marinas y en noviembre de 1908 fue sustituido el proyecto no concluido que se había lanzado por la escultura que tenemos a día de hoy. Se encuentra al final de la calle Ferraz, cerca de Bailén junto a los jardines ubicados en frente de la Plaza de España.

Busto a Clara del Rey

El Ayuntamiento de Villalón de Campos ha sido el impulsor de la construcción de este busto para homenajear a Clara del Rey. Esta mujer fue una figura clave en el acontecimiento del 2 de mayo, en el que, junto a su marido y sus tres hijos decidió luchar contra el ejército de Napoleón en el Parque de Artillería de Monteleón. La metralla de una bala de cañón le fracturó la cabeza y murió. También lo hicieron su marido y uno de sus tres hijos. Es una escultura que busca honrar a todas aquellas mujeres que ese día salieron a la calle en defensa de la libertad, de la ciudad y de los españoles. Este busto ha sido creado por Cesar Orrico y preside la entrada a la plaza de las Comendadoras.

Además de estos monumentos, existen numerosas placas repartidas por diferentes lugares de la Madrid donde tuvieron lugar los fusilamientos y si algún día paseáis por alguna de sus céntricas calles, solo tenéis que levantar la vista y buscar.

Datos curiosos sobre la Navidad en Madrid

Historias de Navidad que no te habían contado

Ya están de vuelta las tradicionales y típicas fiestas de Navidad en todo el país, pero es verdad que en Madrid tienen una importancia especial. Eso sí, ¿Cuántas cosas habrán pasado en las calles que ahora están repletas de luces, tiendas y gente? Muchísimas, de hecho, demasiadas y solo algunas pocas se conocen. Hay algunos que aprovechan las fiestas para juntarse con la familia y otros que hacen totalmente lo contrario, aprovechan para estar solos y descubrir todo aquello que a nadie le interesa. Además, para todos aquellos amantes de las NO fiestas navideñas, aquí celebramos la ANTINAVIDAD con un plan diferente cada año.

La Nochebuena de 1734 la familia real se encontraba cenando en el muy conocido Real Alcázar de Madrid, cuando se desató un fuego imparable a causa de una vela. Las campanas empezaron a sonar, pero los ciudadanos madrileños pensaron que era la misa del Gallo y no pudieron hacer nada para salvar todo el material histórico que había en ese lugar. Hay que ver como una vela puede convertirse en algo catastrófico incluso en Navidad. O todo lo contrario, antes de que aparecieran esas majestuosas construcciones lumínicas de Navidad en Madrid, las velas eran el principal foco de luz, nunca mejor dicho. Servían para que los Reyes supieran el camino que debían seguir y además, la gente también iba por la calle con cacerolas y cencerros que servían como guía. Esta tradición estuvo vigente hasta 1882 cuando el alcalde lo prohibió y apareció la iluminación navideña eléctrica, que ya se ha quedado. Es sorprendente ver como antes cuatro velas servían para unir a toda una ciudad y ahora es el “consumismo navideño” el que lo hace acompañado de luces de todos los colores, aunque totalmente falsas. Por otro lado, cuando hablamos del primer alumbrado navideño en Madrid, no podemos dejar de mencionar la Plaza de Callao. Cuatro faroles colocados en medio de una plaza enorme y totalmente diferente a la que conocemos hoy fue lo que se conoce como las primeras luces de Navidad en Madrid. Como consecuencia, las velas desaparecieron y la luz que iluminaba las fiestas de navidad ya nunca más volvería a ser natural.

También, aunque no suene del todo agradable, hay muchísimas antiguas iglesias, palacios y calles en Madrid que fueron en su día un habitáculo de fantasmas, crímenes y exorcismos. Todo lo que ahora está perfectamente decorado, no fue así siempre. Por ejemplo, la Iglesia de San Ginés, una de las más antiguas de la céntrica calle Arenal donde unos ladrones que entraron decapitaron a un anciano que estaba rezando y su espíritu continúa en la iglesia o la dama vestida de blanco que pasea por el tejado de la Casa de las Siete Chimeneas muy cerquita de la Gran Vía.

Además, ¿nunca te has parado a pensar por qué tomamos doce uvas para celebrar la llegada de un nuevo año? La realidad es que la mayoría de nosotros no, simplemente lo hacemos y seguimos con la tradición, pero como todo, esta celebración tiene su origen y aquí te lo contamos. En la noche de Reyes de finales del siglo XIX en Madrid era costumbre salir y armar jaleo, algo que el alcalde no aprobaba y decidió imponer una sanción a todos aquellos que salieran a festejar esa noche. Sin embargo, los madrileños decidieron vengarse y a modo de burla, decidieron imitar la recepción oficial que cada 31 de diciembre celebraba el alcalde donde tomaba uvas y champán. De esta manera, acudieron a la Puerta del Sol a reírse del alcalde tomándose allí sus doce uvas. Una vez entrados en el siglo XX, debido a un exceso de uvas en los cultivos de 1909, se empezó a extender esta costumbre madrileña a todo el país. Eso sí, se hizo en forma de mensaje esperanzador que estaba enfocado en la buena suerte que daba tomarte las doce uvas. Esta estrategia de marketing es una realidad a día de hoy para todos los españoles, pero ninguno dice nada y seguimos haciéndolo.

Tampoco se puede obviar la icónica y rara figura de Doña Manolita. Todos sabemos que la lotería de Navidad se debe comprar allí y por ese motivo, se forman esas interminables colas. Pero, realmente, ¿por qué es? A parte de que las personas siempre suelen seguir lo que hace y dicta la sociedad, existe una razón. En 1904 abrió por primera vez esta administración de lotería en la calle san Bernardo, cuyas dueñas eran las hermanas De Pablo, pero la atención estaba fijada en Manolita, una de las cuatro hermanas. Esta afirmaba que la suerte de su lotería se debía a sus cuatro visitas a la Pilarica de Zaragoza, la cual vestía un manto rojo en todas las ocasiones y se suponía que eso era señal de buena suerte. Según ella, esas visitas fueron lo que hizo funcionar su administración y, por eso, en 1931 ya pudo abrir un local en la céntrica Puerta del Sol y otro en la Gran Vía. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de fortuna navideña, eso sí, para aquellos que quieran creérselo. Para los que no, se puede seguir comprando perfectamente la lotería de navidad en la administración de tu barrio, porque desgraciadamente, las probabilidades de que toque son las mismas.

Si nos paramos a pensar, todo eso ocurre mientras la mayoría de adultos y niños están comiendo churros, comprando de forma descarada en las tiendas o simplemente estando embelesados con las luces de Navidad. Solo hace falta que te pares un poquito y te fijes más y la Navidad de Madrid te irá contando sus secretos.

¿Conoces alguna de las leyendas que rondan en los cementerios de Madrid?

Más allá de la historia y el arte, los cementerios de Madrid están envueltos en un halo de misterio. Mitos y leyendas que no aparecen en las páginas de las guías turísticas, al menos que rebusques en ellas. Los cementerios de Madrid no son solo lugares de descanso eterno, sino también lugares donde la historia, la diversidad cultural y evolución arquitectónica confluyen con el misterio que le da la muerte y lo desconocido.  Historias eternas que perduran a lo largo de los años, algunas reales, otras no tanto, pero que siguen estando hasta nuestros días.

Y nosotros nos sabemos unas cuantas de esas historias…

Cementerio de La Almudena

Este cementerio es conocido en toda España, pues es el más grande de toda Europa Occidental, y se erige como un monumento a la diversidad artística y arquitectónica, podríamos decir que se trata casi de un museo al aire libre. Es un campo santo que alberga tumbas de diversas épocas, decoradas con majestuosas esculturas y mausoleos intrincados. Entre los pasillos silenciosos, uno puede tropezar con las tumbas de personajes notables.

Y cómo no, siendo el cementerio más grande, no iba a contar con varias leyendas que le acechan desde hace años, en concreto cuenta con dos leyendas que han perdurado a lo largo del tiempo. La primera gira en torno a la estatua de un ángel llamado Fausto, que sostiene una trompeta. Según la creencia, estar cerca de la estatua cuando suena la trompeta augura una muerte inminente. Se dice también que en el día del Apocalipsis, este ángel tocará su trompeta y los muertos resucitarán. La inquietud causada por estas historias llevó a cambiar la posición de la trompeta durante la restauración de la estatua, que ahora descansa sobre las piernas del ángel en lugar de su boca.

La segunda leyenda está relacionada con el autobús de la línea 110 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) que atraviesa el cementerio. Los conductores han relatado experiencias inusuales, como la aparición de una joven que solicita una parada en el monumento de los Héroes de Cuba, pero desaparece antes de que puedan abrir las puertas. Incluso en el último trayecto del día, cuando no hay pasajeros a bordo, la luz de ‘Parada solicitada’ a veces se enciende en la última parada, aunque nadie haya presionado el botón. Estas experiencias sobrenaturales han desconcertado a quienes han tenido la oportunidad de conducir el autobús de la línea 110 a través del Cementerio de La Almudena, agregando un toque de misterio a este lugar donde el pasado y el presente parecen entrelazarse de manera inexplicable.

Cementerio de San Isidro:

Este cementerio antiguo y majestuoso es un testimonio de la rica historia de Madrid. Los mausoleos y monumentos ostentosos se alzan en honor a los difuntos, contando historias de una era pasada. La arquitectura gótica y neoclásica se mezcla con estatuas sombrías y angelicales, creando un ambiente de reflexión profunda y admiración.

Cuenta la leyenda que una dama de blanco se aparece en este cementerio. Se cree que es el espíritu de una mujer que murió de manera trágica y que no puede encontrar la paz. Muchas personas afirman haberla visto, especialmente durante la noche.

Cementerio de San Martín

Es conocido por su ambiente pacífico y las historias y leyendas que lo rodean.

La leyenda cuenta que en las noches oscuras, se pueden ver luces misteriosas flotando entre las tumbas. Se dice que estas luces son las almas de los muertos que no han encontrado la paz.

Cementerio de San Fernando:

En este cementerio, se cuenta la historia de un mausoleo que siempre está mojado, sin importar las condiciones climáticas. La gente cree que es porque la persona enterrada allí murió ahogada.

Entre las leyendas de los cementerios, podemos encontrar dos que no van relacionadas con un cementerio en concreto, si no con dónde se encuentran alguna de las dos siguientes esculturas:

El Beso de la Muerte:

Una de las esculturas más famosas en los cementerios de Madrid es El Beso de la Muerte. Según la leyenda, aquellos que tocan la escultura experimentarán una muerte prematura o desgracia en sus vidas.

El Vampiro de Madrid:

La leyenda del vampiro de Madrid es un relato conocido. Se dice que en el siglo XIX, un vampiro vagaba por la ciudad, siendo finalmente enterrado en un cementerio cuyo nombre se ha perdido en el tiempo. Algunos creen que su espíritu todavía acecha en la oscuridad de la noche.

Pero estamos convencidos de que si has llegado hasta aquí, es porque quieres más, por eso hemos tenemos esta ruta de Madrid Sangriento, para que disfrutes del morbo que despierta todo esto en primera persona.

El origen del Orgullo en Madrid

A nivel mundial, diferentes ciudades han acogido y promovido lo que ya es una celebración que año tras año se ha hecho un hueco en el calendario, y de la cual Madrid ha conseguido convertirse en el epicentro emblemático, donde miles de personas se reúnen cada año para conmemorar la diversidad y expresar su apoyo. Pero para llegar a este punto, el Orgullo se ha tenido que ir evolucionando poquito a poco hasta convertirse en uno de los eventos más destacados de la ciudad.

La historia del Orgullo Gay en Madrid se remonta a la década de 1970, cuando España estaba emergiendo de la dictadura de Franco. Durante aquellos años, la comunidad LGBT+ luchaba por la visibilidad y por el reconocimiento de sus derechos. Fue en este contexto que nació la manifestación del Orgullo Gay en la capital española.

El 26 de junio de 1977, apenas dos años después de la muerte de Franco, se celebró la primera marcha del Orgullo en Madrid. La fecha elegida fue simbólica, ya que coincidía con el aniversario de los disturbios de Stonewall en Nueva York, considerados el punto de partida del movimiento moderno por los derechos LGBT+.

En sus primeras ediciones, la marcha del Orgullo en Madrid era una manifestación política y reivindicativa, donde los participantes exigían igualdad de derechos y el fin de la discriminación. Estos primeros años fueron difíciles, ya que la comunidad LGBT+ debía enfrentarse a la intolerancia y a la falta de comprensión por parte de la sociedad.

Madrid la cuna del orgullo gay

Hoy en día, Madrid se ha consolidado como una capital mundial del Orgullo Gay, con su celebración anual atrayendo a personas de todas partes del mundo. Durante la última semana de junio, la ciudad se engalana con los colores del arcoíris y acoge una amplia variedad de actividades y eventos que culminan con la gran manifestación del Orgullo.

La manifestación se ha convertido en una fiesta multitudinaria, donde miles de personas desfilan por las calles del centro de la ciudad, mostrando su apoyo y visibilidad, además del resto de eventos que acompañan a la manifestación y que ya conocemos como conciertos, exposiciones, charlas y fiestas temáticas que dan cabida a diferentes expresiones de la cultura LGBT+.

El Orgullo Gay en Madrid ha dejado una huella profunda en la sociedad española y más allá. Ha sido una herramienta poderosa en la lucha por la igualdad de derechos, la visibilidad de las personas LGBTI+ y la normalización de la diversidad. Además, ha promovido el turismo y ha proyectado la imagen de Madrid como una ciudad inclusiva, abierta y acogedora.

El Orgullo ha sido un catalizador para cambios significativos en la legislación española en materia de derechos LGBT+. Durante las últimas décadas, se han logrado importantes avances, como la legalización del matrimonio igualitario o la aprobación de leyes que prohíben la discriminación por orientación sexual e identidad de género.

El Orgullo Gay en Madrid también ha servido como modelo y fuente de inspiración para otras ciudades y países. Muchas ciudades alrededor del mundo han adoptado la celebración del Orgullo como una oportunidad para promover la diversidad y los derechos humanos, copiando el modelo de Madrid.

Nosotros contamos con la ruta Chueca chispera, donde podéis conocer los entresijos de este barrio que es todo un icono del colectivo LGTB+.

Grafitis y murales de Lavapiés

Sí, grafitis, con una sola efe. La palabra castellana grafiti procede de la italiana graffiti. La voz italiana es plural y su singular, graffito, significa: incisión o dibujo realizado sobre una pared. No calientes a Pérez Reverte con esto, que te come. XD

Por aquí, siguiendo a la RAE, entendemos que un grafiti es una firma, dibujo o composición pictórica realizados habitualmente sin autorización en un lugar público. Un mural sería una pintura o decoración cuyo soporte es un muro. A día de hoy, muchas obras de arte urbano son consideradas indistintamente grafitis o murales tanto si han sido realizadas con autorización como si no. Hay quien establece una distinción entre grafitis si su estilo utiliza el lenguaje conceptual y visual del arte contemporáneo y murales si sus trazas son más clásicas.

Concentración de grafitis en Lavapiés

El barrio de Lavapiés es uno de los barrios con mayor concentración de grafitis y murales en Madrid, quizá por ser uno de los que más de moda está en la capital (y sus vecinos más veteranos soportan las consecuencias de la gentrificación y la turistificación por ello) o pongamos porque una de sus almas es alternativa o underground.

Vamos a mostrarte por aquí algunos de los grafitis y murales más representativos del arte urbano de Lavapiés e iremos añadiendo nuevas obras en el futuro si procede.

En la fachada del Mercado de Antón Martín

El grafiti de la portada de este artículo es una obra que pintó originalmente Finbarr DAC o Fin DAC (Irlanda, 1967) para la fachada principal del mercado de Antón Martín en 2012. La Isajoyo o Isabelita que hoy podemos disfrutar en esa fachada es una recreación de 2015 que realizó el propio autor de su obra cuando el Ayuntamiento, remodelando el mercado, pintó encima de la gheisa contemporánea ideada por el artista con sede en Londres.

Las figuras femeninas de aire asiático realizadas con estarcido y con una técnica de pintura que simula salpicaduras en colores pop a la altura de los ojos son las señas de identidad de Fin DAC que aparecen en Isajoyo. Las influencias del irlandés son muy diversas, desde la novela gráfica hasta Francis Bacon.

Isajoyo, calle Santa Isabel esquina calle Duque de Fernán Núñez.

Homenaje a Anna Akhmatova

Marat Morik (Rusia, 1982) se interesó por la cultura del hip-hop y su derivada grafitera desde su adolescencia. Este diseñador gráfico, ilustrador y pintor dejó en la calle Santa Isabel un homenaje a la poetisa rusa del siglo XX Anna Akhmatova como participación en el festival y feria de arte contemporáneo URVANITY de 2019. Este evento se organiza desde 2017 con la pretensión de visibilizar a nuevos y originales artistas.

En este mural, como en el grueso de su obra, el artista combina lo figurativo con el expresionismo y el abstracto. Colores masivos y versatilidad en cuanto a las texturas completan su estilo.

Homenaje a Anna Akhmatova. Grafiti Lavapiés.

The rhyme of things, calle Santa Isabel, 18

La mirada de Gerada

En la edición de 2021 de URVANITY, Jorge Rodríguez-Gerada (Cuba, 1966), artista multidisciplinar especializado en obras de gran formato en espacios públicos, realizó este mural en el que trató de capturar la suspensión del tiempo que se produce cuando dos miradas se encuentran y se reconocen como sugestivas en el ámbito urbano.

Gerada es uno de los fundadores del neoyorquino movimiento Culture Jamming y se ha hecho célebre por sus retratos de land art, sólo visibles desde el aire. En 2013 compuso el mayor retrato del mundo en Amsterdam para apoyar la campaña ‘En defensa de las mujeres que defienden los derechos humanos‘. Ese retrato tiene el tamaño aproximado de un campo de fútbol.

 La mirada de Gerada. Grafiti Lavapiés.

Retrato de mujer, calle Magdalena, 23

Picasso en Lavapiés

El malagueño Pablo Ruiz Picasso no se prodigó demasiado por Madrid, pero es sabido que vivió durante nueve meses en una pensión de Lavapiés ubicada en la calle San Pedro Mártir esquina con la calle de la Cabeza. Será que el barrio ya le pareció entonces cool o, a lo mejor, que era barato, barato en aquellos tiempos.

Habitó en esa pensión entre septiembre de 1897 y junio de 1898 y allí coincidió con el entonces niño y futuro gran actor Pepe Isbert, su madre era la propietaria. En 1981 la ceramista y escultora Lola Gil (Madrid, 1939) realizó cuatro losetas cerámicas decoradas con temas y espíritu picassianos en forma de trampantojos de ventanas del inmueble en el que Picasso tomó contacto con Madrid mientras estudiaba mucho o poco en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

En el de la primera planta, donde estuvo la referida pensión, Picasso y Pepe Isbert juegan a las cartas con su aspecto adulto y tras ellos hay dos personajes que dan pie a diferentes interpretaciones.  En la falsas ventanas de los pisos superiores, hay una especie de recreación del retrato que Picasso hizo de la escritora Gertrude Stein, elementos de La mujer en blanco y La viña y un búho, obras de madurez del artista malagueño, y un Pierrot.

Picasso en Lavapiés. Grafiti Lavapiés.

Madrid recuerda a Picasso en el centenario de su nacimiento, calle San Pedro Mártir, 5

Reivindicando en la calle

A principios de 2011, cinco placas similares a las que diseñó Alfredo Ruiz de Luna, miembro de una familia de larga tradición azulejera, para explicar gráficamente el origen del nombre de las calles del distrito centro de Madrid, aparecieron en sendas fachadas de Lavapiés.

Esas cinco placas de azulejo sobre lámina metálica, situadas en las calles Sombrerete, Ministriles, Rodas, Embajadores y Cabeza, eran obra de la artista visual Diana Larrea (Madrid, 1972), que pretendía con ellas denunciar el estado de abandono en el que se encontraban numerosos edificios del barrio por aquel entonces. La placa de la calle Embajadores la aplicó sobre sobre una casa de hidalgo del siglo XVII demolida poco después, imagínate el asunto.

Calles distinguidas, calle de la Cabeza, 12

La presencia de Suso33

Hay diferentes murales y grafitis del renombrado artista audiovisual, performer, muralista y grafitero Suso33 (Madrid, 1973) en Lavapiés. Uno de sus últimos trabajos en el barrio ilustra la multiculturalidad de sus calles a través de unos recuadros de diferentes colores sobre los que se superponen y difuminan las características ausencias / presencias con las que el cultivador del action painting llama a la reflexión en sus obras.

Las ausencias / presencias de Suso33, en esta obra, parecen representar la identidad de los distintos pobladores de Lavapiés y su mezcla con la de los demás.

La presencia de Suso33. Grafiti Lavapiés.

Lavapiés, calle Jesús y María, 15

Pintura sobre cristal

Los soportes de los grafitis pueden sorprender por su originalidad o por cómo el artista ha jugado con ellos en busca de un determinado efecto. En este trabajo de Dana Herman (Madrid, 199?) para la edición de 2022 del festival de intervenciones artísticas CALLE, promovido por la Asociación de comerciantes de Lavapiés desde 2014, el cristal de la fachada del contenedor de cultura y gastronomía Cytinizer Plaza es tan protagonista de la obra como las siluetas que Herman ha colocado sobre él.

Esas siluetas muestran a una persona que adopta diferentes posturas como modo de reflejar su complejidad interna, su resiliencia y propensión o apertura al cambio.

Seeing Through Them, calleJuanelo, 17

Colores vivos

Colores vivos para grafitear una naturaleza muerta o bodegón con Lavapiés como tema. Eso es lo que nos encontramos en esta fachada lateral por obra y gracia de Nicolás Romero (Argentina, 1985) aka Ever. En sus murales de la serie Naturalezas Muertas, este artista, que considera que se inició en el grafiti y se fue deslizando hacia el mural, trata de mostrar sus análisis sobre lo público o antropológico de los lugares en los que pinta.

Así que Ever ve Lavapiés tal y como lo representó en esta obra que realizó dentro de la edición de 2020 de URVANITY. La multiculturalidad y la viveza de las calles son claves de la interpretación de la obra.

Still life Lavapiés, calle Embajadores, 19

Mural y sentimiento

Justo enfrente del trabajo de Ever, otra pared reclama nuestra atención. Es la primera obra de D*Face (Londres, 1978), en Madrid y la segunda en España tras su colaboración con Shepard Fairey en Málaga. El artista se inició en la intervención urbana replicando y replicando los paste-ups de su reconocible D*Dog en su ciudad de origen y otras ciudades europeas, sobre todo Barcelona.

La obra con la que ha dejado huella en Lavapiés proviene también de URVANITY 2020 y en ella la pintura de uno de los personajes está chorreando, ese personaje tiende a la desaparición. Puede que esté tratando de ocultarse, de escapar de una circunstancia o problema o de una relación. En cualquier caso, la pintura que cae es la expresión de un sentimiento.

Runaway, calle Embajadores, 19

Lo de Okuda y Bordalo II

Seguramente la obra de arte urbano más reconocida y fotografiada de Lavapiés sea la pieza que realizaron en colaboración Okuda San Miguel (Santander, 1980) y Bordalo II (Portugal, 1987) en 2019 para la expo colectiva Theriomorphism IV.

A las geometrías vibrantes del santanderino adscritas al surrealismo pop se le sumó una intervención en relieve con materiales reciclados del lisboeta, que utiliza esa técnica habitualmente, generando el retrato de un chimpancé.

A la obra original se le añadió anónimamente unos meses después el mensaje: ‘Sí, el mono gentrifica‘, lo que la ha convertido en objeto de controversia entre los amantes del arte urbano y los detractores de los procesos de cambio acelerado en barrios tradicionales que se van convirtiendo en otra cosa con la llegada de nuevos pobladores de diferentes estratos sociales y gustos.

Chimp Piece, calle Embajadores esquina calle Cabestreros.

Lo de Tabacalera

La antigua fábrica de tabacos de Madrid es un polo cultural híbrido entre lo alternativo y lo institucional desde principios del siglo XXI. Con ese espíritu de conjugar la espontaneidad y el aliento crítico del arte urbano con el peso y la tranquilidad aportados por las administraciones a la hora de realizar este tipo de obras, el proyecto Madrid Street Art creó Muros de Tabacalera en 2014. Madrid Street Art lo gestionó hasta 2019 y después ha tenido ‘vida propia’, ahora nos explicamos.

Muros de Tabacalera era una invitación a los principales artistas urbanos nacionales a pintar el perímetro exterior de la antigua fábrica de tabacos con libertad creativa y sin prisas, sin andar preocupándose por una recogida rápida de sprays y pinturas ante la llegada de la policía. En sucesivas ediciones, autores tan reconocidos como Borondo, Boa Mistura o Sabek han plasmado en esos muros sus ideas. Ahora sigue pasando, se pintan y repintan grafitis y murales ya sin el soporte del tinglado anterior.

Muros de Tabacalera, calle Miguel Servet, glorieta de Embajadores y calle Embajadores

Texto y fotos de Adrián P. G.
Director de Microplán Madrid
Autor del libro de no ficción Crónicas del Madrid Prohibido

Vistazo atrás (V): El tranvía en la calle de la Magdalena

Es una foto custodiada en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid como para sacar la lupa y vivir en el asombro. La hizo Martín Santos Yubero en 1947 y refleja la instalación de los rieles del tranvía en la calle de la Magdalena, límite norte de Lavapiés.

Fíjate en la indumentaria de los trabajadores, sobre todo en su calzado. Ayayay, si todavía es un grave problema el de los accidentes laborales, imagínate como era aquello en los años 40. Y revisa las portadas o cajas de madera de los frontales de los comercios, varias de ellas siguen existiendo aunque los locales sean sede de actividades diferentes a las de entonces. En la acera izquierda de la calle se ve algunas bonitas rotulaciones.

Y se ve también la clásica animación intergeneracional que un día fue parte sustancial de la identidad de Madrid.

Los Ferroviarios de Arganzuela

Desde finales del siglo XIX empezaron a construirse en Madrid colonias de viviendas que huían del modelo de construcción vertical y hacinamiento humano (ahora vivir en una corrala es guay, pero cuando había en ellas un único aseo para 80 o 125 o 200 personas, ¿qué tal?) que se estaba imponiendo, sobre todo, en el centro de la ciudad, para ensayar un urbanismo más higiénico, amable con sus habitantes y conectado con la naturaleza.

El clásico ejemplo de aquellas intentonas es la Ciudad Lineal de Arturo Soria, de la que queda más memoria que rastro, pero algo hay. La fascinante colonia Madrid Moderno (te quiero para siempre si me dejas vivir contigo allí), con sus hotelitos neomudéjares y modernistas (a la madrileña), iniciada por impulso del arquitecto Julián Marín , es otro ejemplo.

En 1911 se promulgó la primera ley de Casas Baratas en España para promover la edificación de microbarrios con el mismo enfoque orientados, en principio, a la mejora de las condiciones de vida de las clases populares, aunque en la práctica numerosos terratenientes especuladores aprovecharon las facilidades que se ofrecían para urbanizar suelo que ya era suyo o que se apresuraron a acaparar, chivatazos mediante, y construyeron chalés inasequibles para la mayoría de madrileños (Cruz del Rayo, El Viso). Hecha la ley, puestos en danza los solares.

Durante la primera mitad de los años 20, en la época del dictador Miguel Primo de Rivera, se promulgaron leyes que buscaban promover el agrupamiento corporativo y el encuadramiento social. Dos de estas leyes fueron las de Casas Baratas y Casas Económicas. Estas legislaciones tenían como objetivo proporcionar viviendas asequibles a ciertos grupos de trabajadores, incluidos los ferroviarios, y mejorar así sus condiciones de vida. En base a estas leyes, se construyeron colonias para diferentes sectores de trabajadores, incluyendo la colonia de Ferroviarios, que fue diseñada y levantada por el arquitecto Francisco Alonso Martos entre los años 1923 y 1926 en el barrio de Arganzuela, en Madrid.

La colonia de Ferroviarios, ubicada en las actuales calles Alonso Martos y Tomás Bretón, fue un proyecto que permitió proporcionar viviendas asequibles a los trabajadores ferroviarios y sus familias. Estas viviendas formaban parte de un esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de los empleados del sector ferroviario, quienes desempeñaban un papel esencial en el desarrollo del transporte y la industria en España. El trabajo del arquitecto Francisco Alonso Martos, reconocido a través del nombre de una de las calles, fue una contribución valiosa para el bienestar de los ferroviarios y un ejemplo de cómo las políticas de agrupamiento corporativo y encuadramiento social buscaron mejorar la calidad de vida de ciertos grupos de trabajadores en la época de Primo de Rivera. Estos esfuerzos de vivienda social también tuvieron un impacto positivo en la urbanización y desarrollo de la zona de Arganzuela en Madrid.

Como hasta los años 80 el Ayuntamiento de Madrid no decidió catalogar y promover la conservación de las colonias históricas del municipio, ha habido cambios por aquí, recrecimientos por allá y disparates varios por acullá en esta y en todas, pero lo que queda merece ser visto y revisto.

Fotos y texto: Adrián P. G.
Fundador y coordinador de Microplán Madrid.
Autor de Dame todo lo que tengo.

La fábrica de baterías del inventor del submarino Isaac Peral en Madrid

Google se hizo en 2014 con los dos edificios de una antigua central térmica que además albergaron una innovadora fábrica de acumuladores eléctricos o baterías ideada por el militar de la Marina e inventor Isaac Peral en el Madrid de finales del siglo XIX. Tecnología punta absoluta de la época.

La fábrica de Isaac Peral en 1900 aproximadamente

El campus de Google en Madrid pretende ser un aglutinador de talento que favorezca la innovación colaborativa e impulse proyectos de startups. ¿Qué tal estará funcionando el asunto y a quién beneficiará? De momento, veamos qué se hizo con el talento de Isaac Peral.

La fábrica pionera de Isaac Peral, conocido sobre todo por ser el inventor del submarino, fue fundada en 1892 y tuvo su sede en los actuales números 7 y 9 de la calle Mazarrero, en el barrio Imperial, entre las Vistillas y el río Manzanares. Se trata de edificios industriales neomudéjares con algún anticipo racionalista, obra de Celestino Aranguren Alonso, que fueron luego reformados por Alfonso Fungairiño en 1934, Carlos Aguayo en 1998 y María José Valverde en 1999.

El acumulador Peral, la batería diseñada por el genio de Cartagena (Murcia) fue clave para el funcionamiento del submarino y diferentes máquinas industriales. A pesar de su relevancia inmediata, las autoridades españolas de la época dilapidaron el capital inventivo de Isaac Peral y la patente de la batería acabó en manos del belga Tudor. Tampoco el submarino se desarrolló en España, sino en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania.

Texto y fotos de Adrián Pinar
Coordinador de Microplán Madrid
Autor de Crónicas del Madrid Prohibido pasatemadrid@microplanmadrid.com

La era de trilla de Hortaleza

En los distritos de la periferia de Madrid hay barrios que fueron pueblos hasta mediados del siglo XX y, si te fijas, se nota. Se nota que antiguos pueblos como Villa de Vallecas, los Carabancheles, Vicálvaro, Canillejas u Hortaleza tienen un carácter diferenciado que se hace patente en un patrimonio histórico singular que en general, por desgracia, no se pone en valor y ha sufrido numerosas amputaciones.

El distrito de Hortaleza engloba barrios que pertenecieron a los precedentes municipios de los pueblos de Hortaleza y Canillas. Ambas localidades nacieron en la Edad Media en el contexto de la Reconquista.

Vente, vamos a la periferia sur del pueblo de Hortaleza en un momento concreto, mediados del siglo XVIII. Llegando desde Madrid por el Camino de Hortaleza a esta población se observa una colina a cuyo pie hay arroyuelos. Levantando la vista aparecen quintas de recreo y agropecuarias de nobles que ocupan las laderas y parte de la cima, donde también se arracima el escaso y sencillo caserío del lugar.

La quintas principales del sur de Hortaleza eran entonces la de los duques de Alburquerque, que pasaría enseguida al marquesado de Santa Cruz de Mudela vía matrimonio y que ocupaba el terreno donde hoy se ubica el parque de Clara Eugenia, y la de los Duques de Frías, situada en el actual parque de la Huerta de la Salud.

Como hemos indicado, estas fincas servían para el recreo palaciego de los nobles titulares y sus invitados, pero también contaban con explotaciones agropecuarias. Al oeste de la quinta de los Alburquerque y Santa Cruz, en las calles conocidas hoy como barrio de Orisa, quedan vestigios de aquella función, como restos de una antigua noria o de lo que vas a ver ya mismo, una era de trilla, la única que sobrevive en el municipio de Madrid.

No sé cómo lo ves tú, a nosotros nos parece entre increíble y demencial que se permita la utilización de la era como aparcamiento. Por supuesto, no hay ningún cartel explicativo sobre la era ni la noria ni nada de nada. Si ocurre, lo de la ausencia de relato, con elementos constitutivos de la Historia de Madrid como las Casas a la Malicia, quién iba a esperar otra cosa tan lejos del centro de la ciudad.

La escultura de la plaza del Reina Sofía

Que sepas o recuerdes que la plaza del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía se llama desde 2017 plaza de Juan Goytisolo y antes de esta fecha, no tenía nombre, simplemente era la plaza del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía . Lo que sí ha estado perenne en el tiempo es su escultura ya que lleva ahí desde 2001 y es que esta réplica de la escultura El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella del escultor y pintor Alberto (Alberto Sánchez Pérez, Toledo 1895 – Moscú 1962) ya lleva mínimo dos décadas junto al Museo. Pero como ya hemos dicho es una réplica, entonces, ¿Dónde se colocó la original? Alberto Sánchez realizó esta escultura en 1937 para que se colocara en el exterior del pabellón de la República Española, de la exposición Internacional de París de aquel año. En esa exposición se expuso por primera vez al público el Guernica de Picasso, actualmente uno de los principales atractivos del Museo Centro de Arte Reina Sofía.

Después de aquel evento, la escultura desapareció. Medía 12,5 m de alto y el artista la había confeccionado con cemento y bronce. Reafirmación de ideas expresadas en otras obras de Alberto de los años 30. El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella es una especie de tortuoso cactus antropomórfico son acanaladuras cuya cúspide está coronada por una estrella roja, La idea de la meta utópica y la forma de la estrella procedían de otra de sus obras desaparecidas durante la guerra, Escultura del horizonte. Signo de viento (ca. 1930-1932). El cuerpo de la obra sugiere el difícil momento de la sociedad española coetánea, que llevaba un año sufriendo la Guerra Civil cuando se celebra la exposición de París. El pseudocactus brota del suelo y parece como arado, alusión a la tierra de España y sus gentes. El camino tiene un jalón, una paloma, símbolo de la paz, y un final esperanzador según la visión política de Alberto, la estrella roja que denota su filiación socialista.

El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella. Plaza Museo Reina Sofía
Imagen: Adrián P. G.

La réplica que se encuentra en la plaza Juan Goytisolo mide 18,7 metros y pesa 7 toneladas. La realizó en cemento el artista valenciano Jorge Ballester,​ recientemente fallecido, y se instaló en el exterior del Museo Centro de Arte Reina Sofía con motivo de una exposición temporal sobre Alberto, pero ahí se ha quedado como una escultura más de tantas que pertenecen a la capital.

Además, dentro del Museo Reina Sofía, hay una maqueta en yeso que se localizó en los sótanos del Palacio de Montjuic de Barcelona en 1986, junto con otras obras procedentes del Servicio de Protección del Patrimonio Artístico, en un tamaño apto para entrar dentro del Museo, 184,5 x 32 x 33 cm, en el cual ingresó en el año 1991.

El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella - maqueta Museo Reina Sofía
Imagen: Museo Nacional de Arte Reina Sofía.

Y si os gustan tanto los museos como a mí, por aquí os dejo una galería de colecciones reales.
Texto Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
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