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El Renacimiento de La Tristura

Ha sido estremecedor en el mejor sentido volver al teatro. Ver la Sala Verde de los Teatros del Canal con aforo reducido y los palcos sin ocupar es descorazonador, pero aun así.

Muy interesante la obra Renacimiento de la compañía La Tristura. Es metateatro diferente (más bien metatramoya), y te lleva a momentos destacados de los últimos 45 años, los del último periodo democrático de España, sin moverte del presente más presente. Se muestra en el escenario reflexiones sobre el fluir de la sociedad desde la intrahistoria de un grupo de técnicos de un teatro. Identidad y crisis, construcción individual y colectiva son los vectores de la función. Encontramos en el texto y la dirección varios y variados aciertos y algún problema de ritmo.

Aplauso fuerte para l@s imbéciles (poc@s, pero l@s ha habido) que se quitaron la mascarilla durante el espectáculo. Sí, es obligatorio llevarlas puestas. Y si queremos que sigan subiéndose telones y que no se bajen los que ya se han subido, hay que hacer las cosas bien.

Hasta el 12 de julio.
Entradas: entre 7,50 € y 15,50 €.
Horario: Consultar sala.
Teatros del Canal, calle Cea Bermúdez, 1.

Carmiña. Mujeres que se atreven, Parte 3

Carmen Martín Gaite (1925 – 2000) fue una escritora de origen provinciano y burgués que se levantó sobre las más convencionales posibilidades de futuro que le ofrecía su ambiente para desarrollar una fructífera carrera como novelista, cuentista y ensayista de éxito editorial y prestigio entre la crítica, además de realizar traducciones y redactar guiones para series de televisión.

Uno de los principales temas de fondo de su producción literaria, en consonancia con las circunstancias que pudo vivir o analizar de su Salamanca natal, es el de la mujer que lucha contra un entorno opresivo en busca de una identidad propia, es decir el descubrimiento de sus auténticos deseos y de la consecución de estos. Probablemente este elemento del perfil de Carmen Martín Gaite fue uno de los que atrajo a su figura a Noelia Adánez, creadora del proyecto Mujeres que se atreven para Teatro del Barrio, que decidió convertirla en la protagonista de la tercera entrega.

La actriz Nieves de Medina encarna de manera veraz y empática a una Martín Gaite evocadora de su realización en la literatura, amante de la conversación inteligente y el baile liberador y doliente por la pérdida de sus hijos, sobre todo de Marta (su hijo Miguel murió a los siete meses de vida de meningitis), quien según vemos sobre las tablas la fascinaba por su manera de ser joven, tan distinta a la que ella, Carmen, pudo vivir y vivió. Hay incomprensión pero respeto por esa vida acelerada, esa vocación de liberarse de nadie ni nada en concreto sin instituciones sociales tan determinadas por un sistema político como el franquismo a las que oponerse. La vida de Marta terminó a sus 33 años a causa del VIH.

Como en el caso de Emilia y Gloria, las partes precedentes de Mujeres que se atreven, la obra es un monólogo en el que sobre el escenario solo aparecen los elementos imprescindibles para el juego de la palabra y el gesto de la actriz. En esta ocasión, el juego lo dirige, con medido pulso, Ximena Vera.

Quizá por las propias características del personaje representado, que nunca renunció a cierta premiosidad provinciana a pesar de su adscripción sucesiva a la modernidad, la obra en conjunto nos resultó menos electrizante y absorbente que sus predecesoras del ciclo, a pesar de que, como en aquellas, incluso se incita a que el público participe en algún momento musical. Los demás espectadores, y en día de estreno, también despidieron con aplausos cómplices, pero no exaltados, a las artífices de Carmiña.

Texto de Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

Editor, redactor creativo y SEO, social media manager

Hasta el 29 de marzo.
Entradas: entre 14 – 18 €.
Horario:
Consultar sala.
Teatro del Barrio, calle Zurita, 20.

Javier Gutiérrez es el señor Teatro

Se sostiene ¿Quién es el señor Schmitt? sobre la interpretación polisémica de Javier Gutiérrez de un hombre que se sueña o se olvida, que se construye o se destruye sobre el escenario. Sobre Javier Gutiérrez gira el argumento y el subtexto de la obra escrita por Sébastien Thiéry que se representa en el Teatro Español hasta el 10 de noviembre en una versión de Sergio Peris-Mencheta dirigida por este mismo.

¿Quién es el señor Schmitt? es teatro del absurdo y comedia costumbrista, por momentos incluso se percibe como teatro del absurdo reducido a comedia costumbrista. Los diálogos fluyen con un humor de transferencia directa como vehículo. En este sentido se echa de menos por momentos algo de riesgo.

Elevan el texto la precisión y las ganas de Javier Gutiérrez, que se queda con el espectador con la complicidad de Cristina Castaño, su esposa en la obra, la señora Carnero y la señora Schmitt. Los Carnero viven la transformación de su hogar o su realidad en otra que los demás personajes de la obra les achacan, la de los Schmitt. ¿Quién conoce la identidad de los protagonistas, ellos mismos desde su mirada o quienes los miran desde fuera?

La identidad en la variante que la Historia de la Literatura describe como el tema del doble es el fondo de la cuestión. Se llega al fondo en ¿Quién es el señor Schmitt?, si bien ese fondo no es tan profundo y complejo como el de otros proyectos recientes de Sergio Peris-Mencheta.

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Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

 

Hasta el 10 de noviembre.
Entradas: entre 5 – 22 €.
Horario: de martes a sábado a las 20:00. Domingo a las 19:00.
Teatro Español, calle Príncipe, 25.

El sueño del teatro

El autor Alberto Conejero ha interiorizado la inconclusa Comedia sin título de Federico García Lorca para la escritura de El sueño de la vida, obra en cartel en el Teatro Español hasta el 24 de febrero.

Juego sobre el teatro, reivindicación de su importancia y su malversación, de su uso y de su abuso como estructurador social, el texto recoge el espíritu lorquiano y poslorquiano (el imaginario de Lorca y el imaginario sobre Lorca) y le infunde un aliento político actual aunque la acción se sitúe en los años 30 españoles.

Firme dirección de Lluis Pasqual en cuanto a lo formal y la ocupación de espacios del teatro (la obra no solo transcurre en el escenario). Por momentos parece algo más desvaído el derrotero de las interpretaciones, con un Nacho Sánchez que cae en algún histrionismo que se nos antoja, sobre todo, innecesario. Destacan en el buen reparto el veterano Antonio Medina, enorme en su papel de empresario teatral contemporizador o prepotente en función de sus intereses, y el camarero de Raúl Jiménez, arquetipo de aquellos que no empatizan con quienes podrían ser ellos mismos.

Texto de Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

Editor, redactor creativo y SEO, social media manager

Hasta el 24 de febrero.
Entradas: entre 5 – 22 €.
Horario:
De martes a sábado a las 20:00.
Domingo a las 19:00.
Teatro Español, calle Príncipe, 25.

Gloria real

Con cariño, sí, pero sin ánimo hagiográfico, sin inventar en el mal sentido, es como trasluce la obra Gloria (Mujeres que se atreven. Parte 2) que se han aproximado a la poeta Gloria Fuertes las firmantes de este espectáculo, Noelia Adánez y Valeria Alonso, generado a partir de un texto de la primera que recibió en 2017 el premio Mujeres que cumplen de  la Fundación SGAE.

Valeria Alonso dirige a Ana Rayo, la actriz que representa a una Gloria Fuertes real, castiza del casticismo de mediados del siglo XX, polisémica. Creíble en todo momento, cercana, socarrona, Rayo levanta desde la Gloria televisiva de finales del s. XX que es la más reconocible popularmente, esa otra que vivió la Guerra Civil y su posguerra, la que enseñó a su manera poesía española en el ámbito universitario estadounidense de principios de los años 60, la que se sumergía a fondo en la noche madrileña…

Ana Rayo desgrana la poesía humanista de la Fuertes y su compromiso social (el que ejerció: el literario, no fue una activista ni se la presenta como tal) sin apartes, conjugados con la vida.

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Un texto preciso, sin artificios y divertido, una dirección limpia, concreta y una interpretación inspirada nos permiten ahondar en la personalidad de una mujer que se atrevió a su aire, que no acabó de pertenecer ni ser ajena a su contexto, interesante de verdad, profunda de la forma sencilla que cabía esperar de una vecina de Lavapiés, hija de una costurera y un conserje, que siempre se creyó su barrio.

El proyecto Mujeres que se atreven de Teatro del Barrio, una serie de monólogos de mujeres con importancia histórica que cuentan sus vidas y sus tiempos, está dando unos frutos muy relevantes. Aquella Emilia (Pardo Bazán)

Texto de Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

Editor, redactor creativo y SEO, social media manager

Hasta el 31 de mayo.
Entradas: entre 14 – 18 €.
Horario:
Consultar sala.
Teatro del Barrio, calle Zurita, 20.

 

En el fondo no estamos tan mal: pesadilla en la oficina

Recuerda las historias más humillantes y absurdas de tu vida laboral. Anótalas en una lista. Seguro que no es corta. Ese fue el germen de En el fondo no estamos tan mal, el último montaje de Teatro del Garabato. Todo lo que contamos en esta obra es real. Jefes déspotas y miserables, compañeros trepas, reestructuraciones, postureo, reproches por marcharte a tu hora… Lo normal.

No te confundas, En el fondo… no es una obra deprimente y gris. ¡Es una fiesta! ¡Un desmadre! Así como las empresas suplen sus carencias salariales con fuegos artificiales, nuestra obra es colorida y divertidísima. Vale que te metemos un poco el dedo en el ojo. Pero para ver ñoñadas lobotomizantes ya tienes OT: El Reencuentro.

Es una lección aprendida del maestro, Dario Fo: haz que se tronchen, que se relajen, y cuando menos se lo esperen, les noqueas con la realidad más cruda. Esta es la línea que ha seguido la compañía desde el montaje de Aquí no paga nadie, una comedia aparentemente menor del genio italiano que recuperamos en plena euforia del 15 M. El éxito fue brutal. Premios y público al borde de las lágrimas gritando las consignas que se repetían en plazas y calles.

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Después nos metimos sin querer en un buen berenjenal. Dinero, de Aristófanes. Una obra muy sugerente, pero con enormes carencias dramatúrgicas. Demasiados parlamentos interminables sin apenas acción. Que no cunda el pánico. Nuestro director, Virgilio Nieto, se tiró a la piscina y adaptó la obra creando de la nada tres personajes peculiares en forma de coro griego del siglo XXI. Un trabajazo. Para Virgilio, porque desechó media obra de Aristófanes y añadió otra media de cosecha propia. Y para nosotros, los actores, porque nos enfrentamos a un abordaje de los personajes completamente distinto. Nos olvidamos de los cuerpos erguidos del teatro convencional y buscamos recursos a través del clown y de la expresión corporal. Un descubrimiento maravilloso.

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Y aquí estamos hoy, con nuestro En el fondo… recién salido del horno. El más difícil todavía. Cansados de los problemas que plantean las obras con derechos de autor, Virgilio decidió que por fin estaba preparado para escribir su propio texto. Basado en experiencias propias, de amigos o familiares, ha construido una historia ágil, desternillante, cruel pero esperanzadora, sobre esas miserias que todos tenemos que aguantar en el día a día de una oficina.

Como actores este montaje ha significado dar un paso más. Hemos seguido explorando la caricatura, basando nuestros personajes en estereotipos de la comedia del arte italiana. Continuamos además nuestra formación en expresión corporal y danza. Esta vez descubriendo el contact con la ayuda de la bailarina Vanesa Peña. Se trata de una disciplina de exploración física a través del contacto y la improvisación. Asequible para no bailarines aunque bastante duro. Eso sí, cuando por fin das con la tecla, es un auténtico disfrute.

¿Qué nos depara el futuro? De momento, más funciones de En el fondo…, retomar Dinero para diciembre y estrenar nuevo proyecto: una versión del clásico Macbeth desde la improvisación contact. ¡Casi nada!

Con Teatro del Garabato he vivido experiencias artísticas y personales difíciles de describir. He hecho de prostituta en la cárcel masculina de Alcalá Meco. Hemos actuado en templos como el Reina Victoria o el Johnny (CMU San Juan Evangelista). En centros culturales que se caen a pedazos. Bajo la lluvia y el frío en una antigua mina. Una vez estuve a punto de desmayarme en escena, otra casi me hago un esguince y en otra me cargué una silla. En fin, lo de menos es quedarte en blanco, que por supuesto también ha pasado. He llorado ante los aplausos del público y hemos hecho llorar. He tenido funciones grandiosas en las que entras en trance y otras en las que estás deseando acabar porque todo es un desastre. Adrenalina, pasión, agotamiento, furia. Eso es el teatro. Eso es la vida.

¿Quieres venir a vernos?

En el fondo no estamos tan mal:

  • 12 de noviembre, 19 h. Centro Cultural Los Rosales. Avenida Los Rosales 133. Bus 85 – Cercanías Villaverde Bajo.

Dinero:

  • 8 de diciembre, 20 h. Teatro Auditorio Federico García Lorca. C/ Ramon y Cajal 22 – Getafe. Cercanías Getafe Centro (C4).
  • 16 de diciembre, 19 h. Centro Cultural Hortaleza. C/ Santa Virgilia 15. Metro Parque de Santa María (L4).
Artículo de Clara Sánchez

WASTED, tiempo al tiempo

El escenario de Teatro del Barrio está a tiempo parcial en julio ocupado por los espectadores de WASTED, obra de la actriz y poeta londinense Kate Tempest. El escenario, sí. Es una de las sorpresas en forma de ruptura de la cuarta pared que se van sucediendo en el trascurso de la representación. Y como son sorpresas, no decimos más.

WASTED es el retrato de tres amigos de 25 años que perdieron hace 10 al cuarto de la pandilla. Lo recuerdan y hacen balance de sus propias vidas. ¿La de Toni, el fallecido, habría sido diferente? Dani, Carlota y Edu, perdedores provisionales atrapados en rutinas y frustraciones, quieren creer (en principio), que sí. Si Toni pudo haber sido diferente, ellos también pueden llegar a serlo. ¿O no?

El cambio asociado a la madurez real, la que comporta tomar las riendas de la propia vida y conducirla adonde realmente se quiere llegar (iniciar un camino prometedor, al menos) es el paso al que se enfrentan los tres posadolescentes que monologan y se interrelacionan con textos llenos de su verdad, la de veinteañeros prematuramente estancados (para ellos es prematuramente tarde, como canta Josele Santiago en una canción de Los Enemigos). Tienen problemas reales y parecen amigos y más que amigos reales.

Se echa en falta, quizá, una mirada sobre los conflictos de los personajes desde un punto de vista externo, hay cierto ensimismamiento y determinismo (aunque la posadolescencia seguramente sea así) que resta amplitud a los mensajes. De hecho, si no estás en la mitad de tus veinte, sino que tienes algunos años más, te puedes sentir por momentos distanciado de lo que ocurre en… el escenario y alrededores. O a lo mejor lo que pasa es que no queremos acordarnos de cuando éramos así.

Muy recomendable seguir la trayectoria de los responsables de la adaptación y el montaje, Iván Morales e Íntims Produccions. Presente y futuro.

Hasta el 31 de julio.

Horario: 

De miércoles a sábado, 20:00.

Domingo, 18:00.

Precio: 12€.

Teatro del Barrio, calle Zurita, 20.

 

 

¿Qué hace Sara Gómez en Madrid?

La actriz extremeño-madrileña Sara Gómez (madrileña, madrileña, ¡nos la quedamos!) te sonará sobre todo de series como Bicho Malo (nunca muere) o  Gym Tony, pero también ha aparecido en películas (OmnívorosFuga de Cerebros) y en numerosas obras de teatro. No deja de trabajar sobre las tablas. Ahora puedes verla en las del Teatro Reina Victoria en Swingers, intercambio de parejas.

Microplán Madrid: Lavapiés, Letras o Salamanca, ¿con cuál de  de estos te identificas más?

Sara Gómez: Con La Latina. Aunque salgo más por Lavapiés… Me gusta más la multiculturalidad y los restaurantes que hay por allí.

MpM: En una barra madrileña, ¿caña, vermú o vino?

SG: ¡Caña! Bueno, caña por la tarde y un vinito blanco afrutado por la noche.

MpM: ¿Te gusta terracear en azoteas, en patios interiores o a pie de calle?

SG: Entre azotea o patio interior no sé con cuál quedarme… Las azoteas siempre te regalan una vista bonita, pero hay patios interiores con mucho encanto.

MpM: Si la cosa se pone castiza, ¿callos a la madrileña, bacalao rebozado o bocadillo de calamares?

SG: Bocadillo de calamares, ¡sin duda!

MpM: ¿Museo del Prado, Museo Reina Sofía o Museo Thyssen?

SG: Depende de las exposiciones. En el Thyssen hay cosas muy chulas, pero lo más fácil es que me encuentres en Matadero.

MpM: ¿Qué crees que ha hecho Madrid por ti?

SG: Yo soy extremeña, me vine siendo muy pequeña, y creo que Madrid es una ciudad que acoge muy bien a todo el mundo, aunque como toda gran ciudad es complicada y te tienes que adaptar… A mí me ha dado muchas oportunidades, me ha regalado mi segunda familia, que es la elegida, que son mis amigos y creo que Madrid tiene muchísimas zonas preciosas, una historia maravillosa, multiculturalidad, cada vez más aceptada. Sólo le falta la playa, ya se sabe.

MpM: Y ¿qué es lo último que has hecho en Madrid?
Sara Gómez: Pues lo último que he hecho es ir a una exposición en la Fundación Canal de fotografías de Vivian Meier. También me he pasado por Matadero y por uno de mis restaurantes indios favoritos de Lavapiés.

El sueño de una noche de verano: una comedia hipster en 3D

El sueño de una noche de verano es la comedia más representada de William Shakespeare. Esta vez, el director Darío Facal nos ofrece una versión desternillante pero un poco desigual. Hubo momentos realmente grandiosos, escenotes divertidísimos, como el apoteósico final en el que los cómicos representan la tragedia de Píramo y Tisbe. Una tragedia convertida en sainete gracias a la dirección aguda de Facal y al trabajo de la compañía, en especial de Agus Ruiz y Óscar de la Fuente.

Otro de los momentazos es el enredo de los cuatro enamorados en el bosque. El cachondeo está servido. Nos reímos de lo lindo con esas peleas imposibles, como de dibujo animado entre Hermia y Helena y Lisandro y Demetrio. Todo a un ritmo frenético y muy bien coreografiado. Una delicia.

No lo fueron tanto las escenas de Titania y Oberón. Se conoce que el director prefirió restar más importancia a esta parte de la trama. Desconozco si por una cuestión de tiempo (el montaje dura 1 hora y 40 minutos). En mi opinión fue una lástima. Eché en falta más desmadre en la parte en que Titania, hechizada, se enamora del actor convertido en burro.

También faltó más carne en el asador por parte de Puck. La interpretación de Emilio Gavira fue correcta, pero un poco decepcionante para un actor que suele ser una bestia en escena. Y para lo que se espera de un personaje como Puck. Su interpretación fue demasiado estática, seca y fría. Fue marca de la dirección, está claro. Se intentó darle un toque cómico con la forma de andar parsimoniosa. Pero no quedó bien marcado y al final el personaje no brilló. Quien sí lo hizo fue Alejandro Sigüenza como Oberón, con ese traje que parecía una sombra, y esa interpretación más corporal, danzarina y ágil.

De Carmen Conesa poco hay que decir. Tanto Gavira como ella aparecen en el cartel como reclamo y luego son los que menos peso tienen en la obra. Ni siquiera sus interpretaciones son reseñables. Es una lástima que Darío Facal no les haya exprimido más. Porque podían haber redondeado la obra.

Tampoco sacó mucho partido a las gafas 3D que nos repartieron junto con el programa de mano. Su objetivo era hacer que el público viera con otra perspectiva, como hacen los enamorados durante el hechizo. Ni me acordé de ponérmelas. Al final resultó un accesorio tan hipster como superficial.

No faltó el toque kitch en el atrezzo: animales disecados. Una lechuza, un zorro y un oso (muy parecido al que ponían en los escaparates de la tienda Natura). Para algunos la escenografía ha sido un acierto, para mí, un exceso (casi no se utilizaron los elementos de escena) y un batiburrillo. Demasiada pose, aunque bonito para Instagram.

En definitiva, una obra con luces y sombras. Con excesiva pretensión tal vez. El director podía haberle sacado mucho más partido. Aunque nos hizo pasar un buen rato, que no es poco.

Crítica de Clara Sánchez Sanz, comunicadora online y actriz en Teatro del Garabato

 

Hasta el 12 de junio.

Horario: De martes a sábado, 20:00, domingos, 19:00.

A partir del 1 de junio, de martes a domingo a las 20:00.

Precio: 22€. Martes, miércoles y jueves, 25% de descuento.

Matadero Madrid, plaza de Legazpi, 8.

A España no la va a conocer ni la madre que la parió

1982 y 2018. El salón de una casa. Dos generaciones de ¿izquierdistas? que discuten, entre otras cosas, sobre qué hacer con la vivienda (y, en 1982, también con su propietaria, una militante comunista que se ha atrincherado en el sótano para aislarse de lo que ocurra ante la inminente llegada del Partido Socialista al poder).

Desde la escritura de Lucía Carballal y Víctor Sánchez Rodríguez hay en esta obra una claridad de conceptos y una sutileza (cuando se requiere) a la hora de ponerlos de manifiesto más que sobresaliente. La dirección de Víctor Sánchez Rodríguez (supera aquí su brillante trabajo para Nosotros no nos mataremos con pistolas) y las actuaciones precisas de los actores de Wichita CO, incluso cuando se solapan las conversaciones o hay acciones a todo lo largo y ancho del escenario, juegan a favor del texto. ¿Todo bien? Sí, es la obra mejor trabada y más completa que he tenido la oportunidad de ver este año.

A España no la va a conocer ni la madre que la parió habla de cara (al menos en Teatro del Barrio) con y acerca de la izquierda, la ‘real’ y la ‘otra’ (sean lo que sean, estaremos de acuerdo en que existen, ¿no?). Hay humor, muchas veces del tipo que todos manejamos en la vida cotidiana (el que mejor se relaciona con el conjunto de lo que se ve y oye), no del efectista, y es interesante afinar el oído para distinguir entre el público las risas cómplices de las que denotan de fondo un “¿Esto va por mí?”.

En la primera parte, que transcurre en la noche electoral que certificó el ascenso al poder en España del PSOE, conocemos a una pareja integrada en La Movida, a otra formada por un soldador presuntamente ideologizado (‘izquierdista’) y pragmático y una mujer bien que proviene de una familia falangista, además de a una yonqui que acaba de volver de Londres.

Todos se mueven alrededor de las referencias explícitas o implícitas de la mujer que ahora vive en el sótano (la madre de la chica de La Movida y del soldador), de la casa y lo que en ella se vivió cuando el Partido Comunista de España era clandestino y  del barrio humilde en el que se encuentran. Confrontan nuevos y viejos valores, maneras de entender el futuro, la familia, lo que se hace y se quiere hacer, las razones para hacer o no hacer. Muestran sus diferentes estilos de vida… que es lo que son.

Sus hijos, en 2018, y en una España en la que Podemos lidera el Gobierno, se dedican a lo mismo: a ser su estilo de vida o pelear por el estilo de vida al que se quieren acoger, y a oponerlo o yuxtaponerlo al de los demás. Y, en lo concreto, a decidir qué van a hacer con la vieja casa de su abuela. Son una publicista, una poetisa, un emprendedor nostálgico de los 80 y los 90 y… alguien más.

Dos detalles: una de las nietas también ha vuelto (o más bien está intentando volver) de Londres y eso permite establecer unos interesantes paralelismos sobre las razones que quizá llevaron al personaje que regresa de la misma ciudad en 1982 a emigrar y a retornar y las que esgrime aquella, siendo dos personajes tan diferentes; y otro más decisivo: quien recoge las intenciones de la obra en un soliloquio final que enseguida vamos a resumir pseudoparafraseándolo es un tipo al margen, cercano a un trastorno similar al autismo, alguien del que se puede afirmar que carece de estilo de vida tal y como esta expresión toma cuerpo dentro de nuestro sentido común. Y lo que dice, traducido por nosotros es: “Cuando la ‘izquierda’ abandone el posmodernismo y renazca a partir de unas bases genuinamente nuevas, tendrá la oportunidad de ser genuinamente transformadora”.

 

Jueves 19, viernes 20, sábado, 21, miércoles 25, jueves 26, viernes 27 y sábado 28 de mayo de 2016.

Horario: 20:00.

Domingo 22 y 29 de mayo de 2016.

Horario: 18:00.

Precio: 14€ – 16€. 

Teatro del Barrio, calle de Zurita, 20.