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Especial Hamburguesas Madrid 2018

En los primeros meses de 2018 hemos tenido la oportunidad de probar hamburguesas de diferentes proyectos restauradores asentados recientemente (o no tanto) en Madrid. Aquí tienes una reseña de cada una de ellas. ¡Bon appétit!

[Aclaramos que lo que vas a leer NO es un ranking de las mejores hamburguesas de Madrid en 2018, así que el orden de aparición es alfabético, sin más.]

Aviburger | Calle San Bernardo, 97 | 91 058 06 78 |
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En este emprendimiento venezolano, que pronto contará con más locales en Madrid, hicimos frente a la hamburguesa Pirineos. La enseña, con un largo recorrido en el país de origen de sus responsables, pretende aquí combinar el estilo estadounidense de sus hamburguesas con ingredientes españoles e internacionales. La Pirineos lleva un salteado de champiñones trufados, queso de cabra y rúcula. Como acompañamiento elegimos el toque diferencial que teníamos a nuestro alcance, unos bastones de boniato. La carne fue en este caso 100% ternera. Se nota que se ha seleccionado convenientemente. Hay doce extras  y cinco salsas para redondear las hamburguesas, y numerosos entrantes, varios con acento venezolano, y postres para completar la experiencia. Se apuesta por el producto fresco y saludable. 

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| Burger Shack | Calle Augusto Figueroa, 32 |

Los propietarios de Burger Shack son venezolanos que hacen hamburguesas al estilo estadounidense en su país y ahora en Madrid. En la foto aparece una Bacon Shack (ternera, bacon, cheddar, lechuga, tomate y cebolla) con extra de rodajas de jalapeño. Todos los ingredientes son de la calidad correcta, denotan la intención de alejarse de la oferta de las hamburgueserías de franquicia clásicas. El pan se cocina con harina de patata, lo que genera una esponjosidad extra. Además de las hamburguesas, apuestan por las alitas de pollo y los batidos. Las salsas son de elaboración propia. Si eres de cerveza, que sepas que puedes elegir entre Founders y Mahou.

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Grill Stop | Calle de Toledo, 51 | 91 023 91 76 |
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En Grill Stop catamos diferentes entrantes de su nueva carta, que incluye una mayor variedad (y españolidad) ahora que cuando abrieron en 2016. Tiras de solomillo de pollo, croquetas de cocido y chorizo ibérico, huevos rotos con jamón o setas a la plancha con salsa alioli entraron en el mix. Destacamos que utilizan materias primas que adquieren en el cercano mercado de la Cebada, como la ternera gallega de las hamburguesas. Han incorporado asimismo nuevas hamburguesas, como la que nosotros probamos, la Parking, que lleva setas a la plancha, alioli y queso. Una buena combinación que maridamos con cerveza artesanal Salvaje

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https://microplanmadrid.com/planes-madrid-ocio/

Maye’s Bistró | Avda. del Santuario de Valverde, 4 | 91 805 02 74 |

Foto de portada del post: Hamburguesa Rómulo Gallegos de Mayes Bistró
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El Mayes Bistró de Montecarmelo (y sus hermanos gemelos de Las Tablas y Chamberí) propone hamburguesas de autor con pan brioche y acompañamiento de patatas caseras. Priman aquí la originalidad y el complemento (ofrecen hasta 14 salsas). Comimos la Rómulo Gallegos, la más venezolana de las hamburguesas del establecimiento (regido por venezolanos también, sí). La pedimos con 100% carne de ternera. Lleva queso ‘de mano’ (parecido a nuestro queso fresco pero más líquido), plátano macho, salsa de ají dulce y guasacaca (mojo verde). Todo empasta y hace la mezcla jugosa y contundente.

Tates Alonso Cano | Calle de Alonso Cano, 53 | 91 441 55 52 |
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No nos pudimos resistir a pedir la hamburguesa Madrid con acompañamiento de patatas bravas de entre la extensa carta que nos ofrecieron. La carne de la hamburguesa se hace a la parrilla y es 100% ternera rosada de La Finca de Jiménez Barbero. Está rodeada de queso cheddar, bacon, cebolla, tomate, lechuga batavia y mayonesa y llegó entre pan brioche con semilla blanca. Se agradece que pongan tanto cuidado en la composición de las hamburguesas en una franquicia de gama media.

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Texto de Adrián P. G.
Coordinador de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

Queen Burger Gourmet, ¡sí!

Actualización 20/12/2017

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Revisitamos Queen Burger Gourmet para volver a disfrutar de una de sus hamburguesas de lomo de vaca vieja madurada y probar alguno de los entrantes de la carta que no habíamos catado en nuestra anterior incursión.

Los aros de cebolla tienen el rebozado justo (poco), el aceite impregnado idóneo (menos que poco) y, en definitiva, son un gustazo que no cansa.

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Los tacos de pollo de corral con salsa de curry, mango y aguacate tienen un interior contundente, bien conjuntado y generoso. A las tortillas se les puede achacar quizá cierta falta de finura.

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Y llegamos al punto culminante, la auténticamente gourmet hamburguesa del Norte con la carne referida (de calidad fuera de lo normal) y aguacate, tomate, salsa de boletus y queso de tetilla. Un escandalazo. Solo con mirarla ya te va a enamorar.

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Las dos sedes de Queen Burger Gourmet (además de la dirección que aparece al final de este post, apúntate esta otra: c\ Castiello de Jaca 14) disponen de menús para grupos para que festejes la Navidad 2017 a base de bien.

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Entre los hospitales de la Paz y Ramón y Cajal hay un área residencial perteneciente al barrio de Begoña que no parece el entorno más sugerente para instalar proyectos gastronómicos más allá de los quitahambres habituales en zonas similares. Pero Javier Crespo, exjugador de baloncesto del Real Madrid, entre otros equipos, le dio la vuelta a un pub que sus padres (veteranos restauradores) poseían en la calle de San Modesto y lo transformó en un referente del hamburguesismo, Queen Burger Gourmet.

¿Referente por qué? El local madre del proyecto, que es el que hemos visitado, y su gemelo, ubicado en Las Tablas, aportan de sobra lo que tienen que tener para que los foodies capitalinos especializados en burgers no les regateen esa categoría. Carne: la estrella de la casa es la de lomo de vaca vieja madurada. Personalidad, terneza, umami potente, te da lo que le pides a una hamburguesa gourmet. Soporta las numerosas opciones de aderezo explicitadas en la carta (a la italiana, india, francesa, etc.). Nosotros nos decantamos por la sencillez, porque si te van a servir entre pan ese excelente producto base… Servicio: funciona a toda máquina. Que no te lleve a engaño la ubicación excéntrica del local, lo visitamos entre semana y estaba hasta arriba, así que este factor es capital. Y claro, es imprescindible reservar para sábados y domingos.

Hemos empezado por lo más relevante y ahora retrocedemos para reseñar los entrantes. Mucha oferta internacional y nacional, ensaladas variadas… Probamos los totopos de maíz con queso cheddar, guacamole, jalapeños y crema agria. Agradables, frescos. También unas alitas de pollo de corral con salsa teriyaki y crema agria. Extraordinarias y, por cierto, a un precio sorprendente para la calidad ofrecida. En Queen Burger Gourmet el ticket medio está bien ajustado.

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De postre, tarta de galletas María veteada con crema de zanahoria y crema pastelera y bañada en chocolate, pura evocación feliz a merendolas infantiles.

Si prefieres pizza, tosta o sándwich como principal, también te las proponen. Pero, eh, cuando puedes comer una hamburguesa gourmet de verdad…

Artículo de Adrián P. G.
Director de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

 

Precio medio a la carta: 20€. Menú del día y menús especiales.

Horario:

Lunes a domingo, 11:00 – 2:00

Calle San Modesto, 34.

Lunes a jueves, 12:00 – 0:00

Viernes y sábdo, 12:00 – 1:30

Domingos, cerrado

Calle Castiello de Jaca, 14.

Almagro se disfruta más gracias a La Pilla

Cinco socios multidisciplinares unidos por una de ellos, a la que todos conocen como La Pilla, fundaron hace algo más de un año un restaurante, coctelería y lo que haga falta (horario non stop) en la elegantona calle de Almagro. Las dos plantas y la terraza de este local cuadran en el entorno. El chef escocés Andy Bryson ha afinado en este breve lapso una cocina internacional (panasiática, estadounidense…) con deje mediterráneo e incluso resabio castizo que se aclimata a las estaciones a su paso y a nuevos conceptos a la velocidad que contenta a los comilones madrileños.

En esta ocasión, los abajo firmantes compartimos mesa y mantel y decidimos entre plato y plato enredar nuestras respectivas opiniones sobre lo catado para que tengas una perspectiva doble de la propuesta chamberilera en cuestión.

Adrián Sotés: El atún rojo tiene un ‘algo’ que llama a pedirlo en cuanto aparece en una carta, pero con remordimientos. Puede ser porque lo rodea un aura de manjar elitista y sin embargo aquí se te presenta; porque se lo están puliendo y podría ser hoy la última vez que lo veas; o porque a lo mejor es peligroso por aquello del mercurio y no salgas de esta. Lo pides, porque además viene en formato tartar y su esencia cruda hace tiempo que ya no te asusta, aventurero de pacotilla, mesa y mantel.

Llega el atún, cortado en dados, formando una hilera, adornado con virutas de pepino, discos de rabanito, ramitas de salicornia, pan de gamba, tomatitos y unas enigmáticas bolitas amarillas. Vamos con el prota, que no me olvido de que es el pescado. Me gusta la textura, que es suave y agradable hasta para el más integrista de la cofradía del entrecot muy hecho. Me sabe a fresco y a la vez a ingredientes fuertes. Será la vinagreta de chile, el jengibre o el mirin, que me he enterado de que es un vino dulce de arroz. Esto pica lo justo y me voy a comer hasta el pepino, a pesar de lo frío que está el día. Lo siento pero, aunque sea un plato para compartir, voy a hacer lo posible porque pienses en qué es la salicornia mientras me hago con la mitad más grande de la ración. Prueba las bolitas amarillas, que es gel de papaya.

Adrián P. G.: El atún rojo tiene otra cosa, y es su omnipresencia en las cartas de los restaurantes medios o mejores de un tiempo a esta parte. Y en tartar, muchas veces. Así que se me activa un mecanismo preventivo que me veo afortunadamente obligado a desarmar en cuanto le echo el primer vistazo al plato que nos sirven. Y el sabor acaba con cualquier resistencia. El producto director es bueno y el aliño lo matiza a su favor… y lo diferencia. La salicornia o espárrago de mar, muy rica. Hay que pedirle a la RAE que incluya el término en la próxima versión de su diccionario.

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AS: Esta carta está llena de trending topics. Es difícil no picar el anzuelo si aquí dice ‘Carabineros‘. En realidad es un risotto, pero esta condición convierte el plato en un imán un día como hoy, que ni es Navidad, ni me apetece comer con los dedos.

El risotto comienza con desventaja: el primer plato ha estado muy bueno y dudo de que el efecto se vaya a replicar. El cerebro a veces es un asco. Sin embargo, el arroz tiene ese punto de dureza que a mí me gusta. Explota más que deshacerse y suelta el sabor. Buen sabor. ¿Es poco sabor o es el handicap del segundo plato? Mastica, comedor hater. El queso liga los ingredientes y le da un toque cremoso. Empiezo a encontrar los trozos del carabinero. Me da la impresión de que esto está muy bien hecho. Este risotto sabe mucho. El tartar de atún podría estar sufriendo el síndrome del príncipe destronado.

APG: Otra vez inquietud. ¿Un risotto de La Pilla es como ‘otro risotto’? Aquí lo que veo y saboreo es una colección de puntos y notas bien estructurados. El carabinero está y se hace sentir. De repartirnos el plato apostando por el juego limpio hemos pasado, me parece, a intentar que cada una de nuestras mitades sea mitad y pico sin perder los modales.

risotto

AS: En noviembre la casa lanzó un plato estrella, la burger short rib, de nombre muy americano, que al fin y al cabo, es a lo que se asocia una hamburguesa. De Hamburgo de toda la vida. Este plato no debería sorprenderme y ya llevo un tartar y un risotto encima. Pero resulta que el ‘emparedado’ -que diría el referente en la materia, Pilón-  contiene un filete hecho a base de tiras de ternera desmigada, reprimido por dos panecillos con cresta de amplias semillas. La luz cenital de las mesas de esta parte del restaurante aporta a esta propuesta un toque galáctico o celestial: burger short rib que estás en los cielos, ven a mí.

No sabe a hamburguesa tópica, tampoco sabe a carne mechada, aunque se le aproxima más incluso por el aspecto. La salsa bourbon, el cheddar y el jalapeño que lleva hacen un buen conjunto. Pica poco si eres exagerado para el picante; y si eres sensible al tema, lo vas a notar aunque sin dramas. Definitivamente es una hamburguesa especial y se nota la dedicación: 24 horas de cocina en horno de carbón. Si no viniese un plato 4, lucharía por la otra mitad.

APG: Buena presencia, fuerza como obligan las intenciones y los ingredientes y, al mismo tiempo, ligereza gracias al tratamiento de la carne. Bryson no se anda con medias tintas, quiere precisión en todo. Estoy disfrutando y ahí enfrente veo que la cosa va por los mismos derroteros.

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AS: Esto se me empieza a ir de las manos pero he de seguir comiendo. Mi pareja de hoy también da síntomas de fatiga. Después de los ‘entrantes’ llega el plato principal. Viene servido en fuente de barro, con patatas fritas cortadas simétricamente -pero caseras- gruesas escamas de sal sobre las tiras cortadas, pimientos verdes y un cuenco de crema de queso azul. No hay mucho más que inventar. Conozco gente a la que le sobra hasta la ensalada cuando va a comer un chuletón. Espera, la carne lleva 45 días de maduración.

Lo hemos pedido al punto. En mi opinión está un poco menos hecho de lo que me habría gustado, pero no voy a entrar en conflicto con mi partenaire de banquete. No controlo bien el mundo de los puntos. La carne está sabrosa y entra bien, pero a estas alturas temo por la digestión que va a venir. Si se tiene pensado ir a comer del grill, aconsejaría moderarse con los platos previos. Aun así, no puedo parar de mojar patatas en el queso azul.

APG: Si eres de comer e incluyes carne en tu dieta, de vez en cuando necesitas apretarte un chuletón o similar. Este rib eye nos llega con el gaznate bien trabajado, efectivamente, pero mira por dónde, ya no está. Pura querencia. Me han gustado más los puntos de la parte central de la pieza, tanto el de maduracón como el de cocción.

AS: Llegamos al final de la fiesta. La tarta red velvet lleva un bizcocho con remolacha y capas de chocolate blanco. La combinación escarlata y blanco me resulta estéticamente perfecta. No creo que el subidón de las patatas fritas esté afectando a mis sentidos. Me da pena acercar la cuchara, pero se trata de eso y el otro ya ha empezado. Voy. Pues es que no empalaga. El bizcocho está esponjoso e, importante, no se desmiga, lo que disimula mi tendencia a esparcir postres por las mesas.

APG: A mí el dulce, no. Pero con estas maneras, sí. No empalaga, estamos de acuerdo, y eso es fundamental para los que podemos prescindir del postre. Muy estilosa esta tarta, su éxito es merecido.

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Veredicto unánime: no hemos encontrado mucha pega, sabores y aspectos más que notables. Queremos destacar el servicio, inteligente y más que cordial (gracias, Patricia).

Texto y fotos de Adrián Sotés
loscreacionistas@yahoo.com

Escucha en Spotify mi disco autoeditado:
Los CreacionistasLa gravedad de los seres
distantes 
También disponible en AppleMusic

Texto y fotos de Adrián P. G.
Director de Microplán Madrid
comunicacion@microplanmadrid.com

 

Precio medio a la carta: 20€ – 30€.

Menú del día: 12’90€. Medio menú: 9€.

Horario:

Lunes: 10:00 – 17:00.

De martes a jueves: 10:00 – 2:00.

Viernes: 10:00 – 2:30.

Sábados: 12:30 – 2:30.

Domingos: 12:30 – 17:00.

Calle Almagro, 3.