Hace una década más o menos hubo un estallido de restauración japonesa en Madrid. Se multiplicaron los restaurantes con cartas basadas, sobre todo, en el sushi. Después del boom hubo una cierta desaceleración y, por otra parte, la oferta se diversificó para dar cabida a más elaboraciones de la gastronomía nipona, con el ramen como nuevo embajador destacado.
En este contexto, Dani (en realidad se llama Quifeng Lin, es originario del sudeste chino) se diferencia en su restaurante japonés Kiboka por utilizar ingredientes y técnicas de la gastronomía china para redondear sus platos. El artífice de Kiboka se mudó a España hace 15 años para trabajar en restaurantes de Bilbao, Tenerife, Barcelona… Acabó afincándose en Madrid, donde creó Casa Sushi, proyecto que triunfa con sus envíos a domicilio.
En Kiboka, Dani ha querido plasmar su experiencia como cocinero de pescados y mariscos, su conocimiento de la cocina japonesa y la relación secular entre las gastronomías japonesa y china. Aquella es en buena medida deudora de esta. El resultado es una alianza entre sabores y olores que se presentan al comensal con presentaciones que causan también un fuerte impacto visual.
La carta de Kiboka es amplia, conviene dejarse guiar por el equipo de Dani para cuadrar la experiencia. Recomendamos pasar por todas las temperaturas, desde los platillos fríos de sashimi o nigiris, de corte correcto y con matices originales donde cabe añadirlos, hasta guisos tipo ramen con inusual servicio en mesa o la perfumada lubina matsu, pasando por los excelentes makis en tempura.
Respecto a su decoración, en Kiboka se combinan lo industrial y lo retro en buena armonía. Hay barra y diferentes espacios para diferentes ocasiones.
C/ General Pardiñas, 70.