De Gijón a la calle más foodie del barrio de las Letras. Es el recorrido del restaurante Gastrochigre, que ha pasado de Cimadevilla, la zona más alternativa de la ciudad asturiana, a codearse con Triciclo o Bistronómika en la calle Santa María de Madrid.
Mantienen su propuesta: cocina de raíz asturiana con sutilezas conceptuales y técnicas. El ejecutor es el joven chef Jorge Fernández y dirige la sala Chloé, que aporta conocimiento experto sobre los sólidos y los líquidos que sirve (fíate de sus recomendaciones, pues).
Lo suyo aquí es compartir diferentes platillos, entre ellos alguno de los especiales del día. Así, pruebas mucho y pagas lo justo.
La contundencia de las croquetas de compango no satura.
Las gyozas de pote asturiano, una de las propuestas estrella de la casa, hacen honor a su fama. Es un plato bien pensado y compuesto, aunque a nuestro juicio la pasta estaba un poco dura.
El escabeche de codorniz refresca la primera tanda de viandas. La segunda la protagonizan unas estupendas patatas a diferentes cocciones embravadas con curry rojo, un meloso rissoto de pato de caleya con caldo de pitu de caleya, setas y aceite de trufa, unos minicachopos de ternera y cecina con salsa de afuegal’pitu roxu muy logrados y un tierno y matizado vacío a baja temperatura con crema de batata (en la imagen de portada).
Los postres, rotundos: chocolate al ron con marrón glacé y tarta de plátano, y dulce de leche. Notables.
Los maridajes con cerveza, a propuesta de Chloe, muy oportunos.
Buena experiencia en un establecimiento gamberro y fundamentado que no dejará de crecer en los próximos meses. Se ha estrenado en Madrid en pleno verano y aún faltan detalles por aquilatar.
Precio medio: 20€ – 25€ por persona.
Horario:
Martes: 20:30 – 00:00.
Miércoles a sábado: 13:00 – 16:00 y de 20:30 – 00:00.
Domingos y lunes, cerrado.
Calle Santa María, 15.