Después de las risas de Carnaval, llegan las lágrimas de esta tradición festiva que se celebra en varios rincones de España.
La finalización del Carnaval la marca el Entierro de la Sardina. Distintas ciudades, entre ellas Madrid, se visten de negro para este evento, que suele consistir en un desfile al más puro estilo carnavalesco que imita un cortejo fúnebre y culmina con la quema de una sardina. Pero ¿por qué se celebra? Y ¿por qué una sardina?
Esta tradición se desarrolló como una forma humorística y simbólica de decir adiós a la diversión del Carnaval. Según la creencia popular, en esta festividad única se enterraban con un toque de humor los excesos del Carnaval para dar paso a la solemne Cuaresma, que comienza con el Miércoles de Ceniza.
Cada comunidad autónoma tiene su propia forma de celebrar esta tradición, con disfraces tradicionales y carrozas típicas. Sin embargo, hay un factor común en casi todas ellas: la sardina, una gran sardina hecha de papel o cartón, llevada en un cortejo fúnebre y acompañada por un grupo de plañideras que lloran dramáticamente su muerte por las calles, hasta llegar a un lugar en concreto donde es quemada. La procesión tiene carácter burlesco y cómico y ambiente festivo, pero ¿cuál es su origen? Hay algunas teorías al respecto:
Una de ellas se remonta a la España del siglo XVIII. En ese entonces, el Carnaval solía ser una época de excesos y desenfreno antes de la llegada de la Cuaresma, un periodo de abstinencia y reflexión según la religión católica. La sardina era un alimento comúnmente asociado con la Cuaresma, ya que estaba permitida dentro de las restricciones alimenticias. El entierro simbólico de una sardina alegre daba paso a la época del consumo de sardinas de Cuaresma.
Otras de las teorías dice que en ese mismo siglo XVIII, el rey Carlos III regaló a los nobles madrileños un cargamento de sardinas para que pasaran la Cuaresma, pero que cuando el pescado llegó a Madrid, tenía muy mal olor. Por lo que las enterraron en la ribera del Manzanares… Puede que tan solo sea una leyenda, pero lo cierto es que, en el siglo XIX, en Madrid, ya había un entierro de la sardina.
Otra de las teorías cuenta que en los inicios no se enterraba una sardina, sino que lo que se enterraba era un alimento prohibido en Semana Santa. Concretamente, una loncha de panceta… a la que llamaban sardina.
Y vosotros, ¿habéis escuchado alguna otra teoría del Entierro de la Sardina?
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