Donde abrió en 1974 el primer restaurante ‘chino’ de España se ubica ahora una nueva propuesta gastro asesorada por Yong Ping Zhang (Julio). Nombre, el mismo que el de su antecesor, El Buda Feliz, con el añadido de la fecha en la que abrió aquel. Intenciones, decoración, servicio, bien distintos.
El Buda Feliz 1974 pretende poner en valor la cocina de diferentes regiones de China (Sichuán, Norte…) con el toque divertido de Julio a través de una carta larga pero correctamente estructurada para que nadie se pierda y dos menús degustación que facilitan aún más su desentrañamiento.
Probamos los rollitos Chunquan El Buda Feliz con trocitos de churros chinos,
lomo de cerdo, cebollino y láminas de fideos y masa elaborada con tinta de calamar. Jugosos y, si se nos permite la expresión, ‘llenos’.
Los tallarines se hacen a mano en la casa. Enredamos los Hui Guo Mian, marinados con panceta ibérica y cebolletas chinas al wok, servidos en una cazuela con pimienta de Sichuan. Suaves, se agradece la naturalidad del tallarín pero nos pareció que al plato le faltaba fuerza, el toque distintivo de Julio (y de la cocina de Sichuan).
Lo que más nos gustó fue el Ku Bak Chui Ya, una cazuela de arroz guoba con magret de pato crujiente, cebolletas, verduras y un toque picante. Altos todos los sabores, buen juego de texturas, muy rico.
De postre, Nan Gua Bin, que es la crepe de calabaza crujiente con miel de lima y helado de calabaza y tarta de chocolate picante y helado de cacahuete. Somos de poco dulce, así que nos quedamos con este último.
El Buda Feliz 1974 está arrancando y algunos sabores están por cuadrar, pero el ambiente a lo Sangri-La (obra del estudio Lavela), el competente servicio y la profundidad de la carta merecen la visita y todo apunta a que muy pronto se afianzará como un proyecto notable de auténtica restauración china con acento de vanguardia. En la planta baja sirven cuidados cócteles.
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