Los responsables de Mawey Taco Bar, establecimiento que pretende actualizar los usos y costumbres de la taquería tradicional con un toque de vanguardia en la cocina y con un servicio esmerado, son Fernando Carrasco, ex de Punto MX, el único restaurante mexicano de Madrid con estrella Michelín, y Julián Barros, Gran Diplome de Le Cordon Bleu y ex de varios restaurantes también estrellados.
Lo que experimentamos en nuestra visita a Mawey (maguey = agave; wey =amigo, aunque puede significar otras cosas) fue una cocina mexicana de ley pero ‘evolucionada’, como dicen sus artífices, que tira del recetario tradicional del país norteamericano y de productos de nuestro lado del charco para componer auténticas virguerías.
El mejor taco que hemos catado últimamente, que coincide que casi seguro es el mejor taco que nunca hayamos catado es de Mawey. Se trata de su taco del Gobernador con queso Oaxaca y polvo de kikos. El olor a crustáceo de calidad marcado en la plancha que lo envuelve cuando lo sirven ya prefigura el disfrute máximo que aporta.
Nos vamos ahora al principio de nuestra comida en este local recientemente abierto en Chamberí para hablaros de su guacamole casero con totopos (de dos colores, detalles), de textura más mantequillosa que en otras taquerías, fresco y delicioso.
Antes de los tacos también le dimos a las mollejas de ternera salteadas y enchipotladas, bien picosas pero con todos sus matices intactos, buena armonía.
Volvemos a los tacos para reseñar el que han creado con oreja, sepia y chile habanero. Extraordinario, aunque echamos en falta que lo redondeara alguna nota crujiente, y el de cochinita pibil con x’nipec (salsa yucateca cuyo nombre maya se traduce como ‘hocico de perro’ y que lleva chile habanero, cebolla, tomate, cilantro, naranja agria, sal y pimienta), que nos dejó claro que en Mawey los guisos mexicanos clásicos también se resuelven a las mil maravillas.
Como solemos hacer nos saltamos el postre (otra vez será) y pasamos directamente a degustar unas margaritas, la clásica y la Chapo Guzmán. Felícisimo remate.
La carta de líquidos incluye también cervezas mexicanas, micheladas.