Gandia tiene una de las mejores y más famosas playas de la Comunitat Valenciana. Pero Gandia es mucho más que playa. Para descubrirlo y no perderte nada: Visit GANDIA. Vamos a hablarte ahora de uno de esos aspectos de la conocida también como Ciudad Ducal (en honor a los Borja, Duques de Gandia) que quizá no conozcas todavía.
Una leyenda de Gandia ha llegado hasta nuestros días en forma de sentencia: «Eres más delicada que La Delicà de Gandia». Esa frase se basa en una leyenda que, como tantas otras, comienza con «Cuentan que una vez» y mezcla hechos históricos con elementos fantásticos para transmitir una enseñanza o creencia.
La leyenda más popular y significativa de Gandia nos lleva a finales del siglo XV. Su protagonista es una joven que vivía en la Ciudad Ducal a la que le gustaba pasear por las calles de la localidad. La joven, se dice, asistía regularmente a misa. Un día cualquiera, esta doncella de rasgos finos y suaves estaba saliendo de la iglesia colegiata de Santa María de Gandia por la conocida como puerta del mercado cuando un pétalo de jazmín cayó sobre su cabeza. Y entonces, instantáneamente falleció.
La doncella se ganó de esa manera su fama de extremadamente delicada y frágil, ya que toda la comarca pensaba que había fallecido por haberle rozado un pétalo de la flor del jazmín. Un pensamiento originado por la omisión entre los divulgadores de aquel hecho de un detalle de suma importancia: se trataba de un frío y pétreo jazmín que pertenecía a uno de los ornamentos del rosetón de la iglesia colegiata de Santa María de Gandia el que había caído de improviso sobre la bella cabeza de la joven y en absoluto del pétalo de una flor.
¿Una leyenda con base real?
Lo relatado hasta aquí ha traspasado los siglos que separan el XV y el XXI a través de una frase que nunca ha dejado de utilizarse en la Ciudad Ducal y alrededores. La hemos mencionado más arriba: «Eres más delicada que La Delicà de Gandia». Se emplea para criticar a personas que son demasiado escrupulosas o tiquismiquis. Incluso se ha utilizado en poemas y piezas teatrales tanto en valenciano como en castellano y, en la actualidad, incluso se ha transformado en un dulce típico de Gandia. Sus ingredientes son harina, azúcar, huevo, almendra, aceite vegetal, sal, levadura, pasas, nueces, raspadura de limón, naranja confitada, agua y harina de arroz, pero su auténtica elaboración es un secreto atesorado por los pasteleros de la localidad.
¿Qué hay de cierto en todo este legendario asunto? Según un documento de 1498 encontrado en el Archivo Histórico Nacional y que recoge algunos componentes de la leyenda, dicha doncella podría ser Inés de Catani, quien fuera concubina del duque de Gandia Juan de Borja.
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