Pertenece a la actual iglesia de San Nicolás de los Servitas, fundada antes de 1202 (aparece citada en el primer fuero propio de Madrid, promulgado ese año) bajo la advocación de San Nicolás de Bari. Murallas aparte, es la edificación que más tiempo lleva en pie (fue construida en el siglo XII) en nuestra demoledora ciudad. Como bien sabes, por aquí tenemos la costumbre secular de arramblar con todo…
La torre es de estilo mudéjar hasta el campanario, que se añadió en el siglo XVII (hay quien le atribuye un origen algo anterior y un autor de relumbrón, Juan de Herrera, responsable del retablo mayor de la iglesia) y tiene el aire austracista característico de esa época. Chapitel de pizarra, sí.
De abajo arriba, los elementos originales de la torre son tres cuerpos cúbicos con sendos órdenes de columnas. El inferior lo componen arcos con tres lóbulos y sólo lo podrás ver asomándote a un ventanuco habilitado dentro de la iglesia para tal efecto, porque las rocambolescas modificaciones y adiciones que ha sufrido el edificio impiden su visión desde el exterior. El siguiente cuerpo es de arcos de cinco lóbulos y el superior de arcos de herradura. En estas dos últimas arquerías aparecen unas columnillas de mármol que se incluyeron en la más reciente restauración de la torre (y que no tienen nada que ver con el estilo mudéjar).
En la topografía de Pedro de Teixeira de 1656 se ve la iglesia de San Nicolás de Bari en todo su esplendor (encima de la letra N), aunque no se distinguen los arcos con claridad.